HUACACHINA, PERÚ – Mucho hemos escuchado sobre esta maravillosa laguna, cuya naturalidad y belleza ha inspirado hasta a los poetas más célebres de nuestro Perú. Sin embargo, ¿realmente conoces todo sobre ella? En esta publicación, te contaremos la leyenda que ha vuelto a esta reserva natural tan famosa entre visitantes y lugareños, al igual que las propiedades curativas que ha ostentado tener durante largos años.
No se sabe a ciencia cierta cómo se formó este oasis. De hecho, no se tiene un año o fecha exacta de descubrimiento. A raíz de ello y por muchos años, el imaginario de aquellos que la han habitado se ha encargado de darle vida y valor a su mágica existencia bajo variadas versiones de cuentos y leyendas. Esto, en definitiva, la ha vuelto incluso más atractiva y a su vez, más misteriosa. Lo que sí sabemos es que todas las versiones desenlazan en la existencia de una sirena que aún habita en las profundidades de la laguna de Huacachina.
Una de las versiones más contadas relata el abrupto e inesperado encuentro entre una bella doncella (algunos la llaman Huacca China) y un cazador (en algunas versiones, un foráneo). Esta doncella era muy codiciada por los hombres de la ciudad y solía bañarse en un lugar alejado, cerca de un árbol, mientras peinaba su larga cabellera frente a un espejo.
Un día, un cazador que merodeaba el lugar se sorprendió con la presencia de la bella doncella y se aproximó a ella. Mientras se miraba al espejo, la doncella se percató del rápido acercamiento del cazador y con gran susto, salió huyendo del lugar. Mientras ella corría, el manto que vestía quedó enredado en un árbol, ocasionando que este se convirtiera en dunas de arena. Mientras continuaba huyendo, tropezó y dejó caer su espejo. Este quedó irremediablemente hecho trizas, convirtiéndose en la laguna donde ella cayó sumergida y posteriormente, atrapada en forma de sirena.
Mucho se cuenta sobre sus apariciones hasta el día de hoy. Incluso, muchos lugareños han afirmado oír melodiosos cánticos provenientes de la laguna a altas horas de la noche. Trágicos episodios de ahogamiento en la laguna de Huacachina han sido atribuidos a la sirena que, en represalia por su mala fortuna, toma como víctimas a inadvertidos bañistas, coincidentemente en todos los casos, visitantes masculinos.
José Santos Chocano, inspirado por la Huacachina.
Uno de los poetas más celebres de nuestro Perú, impresionado e inspirado por la majestuosidad de la laguna de Huacachina, le dedicó un poema basado en su leyenda. Este puede incluso encontrarse en una de las paredes del malecón que la circunda.
La princesa rubia canta de manera que no hay a quien no haga llorar su canción. Conócenla todos por la Huacca China (le han puesto por nombre la que hace llorar). Cierta vez el hueco que ha abierto en la arena ante el algarrobo, de aguas limpias llena Y, en ellas sumerge su blanca y serena desnudez que pide firma de escultor. Sale de su baño palpitante y fría, se envuelve en la sabana, en que todavía resaltan las curvas de su gallardía. Y, al verse en su espejo, descubre un espía, ya que a espaldas de ella surge un cazador. La sabana a poco quedose enredada en un ágil brinco por sobre un zarzal. La princesa en fuga siguió desolada y, mientras corría sin fijarse en nada, la sabana abierta se hizo un arenal. La princesa huía con su espejo en alto… el zarzal cruzola… dar quizo ella un salto tropezó… del puño, ya de fuerzas faltó. Se escapó el espejo… ¡fue una conmoción! y el espejo roto se volvió Laguna, y al fin la princesa transformose en una sirena, que hoy sale las noches de luna, a cantar a veces su antigua canción.
Propiedades curativas de la laguna de Huacachina.
Una de las características que llamó la atención de muchos visitantes y lugareños en las primeras décadas del siglo XX fue las propiedades medicinales o curativas que se afirmaba tenían las aguas y el barro del fondo de la laguna. Muchos lugareños y turistas acudían al oasis para bañarse en la laguna o incluso, embadurnarse con el barro y así aprovechar las bondades terapéuticas de sus aguas. Entre los padecimientos que se creían curar con las aguas estaban el reumatismo, artritis, bronquitis y asma. Actualmente, ya no se realizan estas actividades en el oasis de Huacachina. Sin embargo, continúa siendo un destino imperdible para muchos turistas y un orgullo para los iqueños.
Y, tú ¿ya visitaste el oasis de Huacachina? ¡Cuéntanos en los comentarios cómo fue tu experiencia!
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